Sa Costera porque cuesta.

Las 7.30h de la mañana, puntuales los dos (Agustín y Carlos) y muchas ganas de rodar por "Sa Costera": con estos ingredientes arrancamos la "flagoneta" de Agustín y medio sonámbulos (los dos llevábamos unas cuatro horas de sueño) pero más contentos que dos niños con botas nuevas nos vamos hacia el "Mirador de ses Barques" donde llegamos a las 8.00h. Iniciamos el camino descendiendo por la pista con relativas pocas piedras; sin darnos cuenta llegamos a Bálitx d´Abaix y allí nos paramos para conversar un poco con el dueño o el encargado de la posesión, lo que más nos ha llamado la atención a los dos ha sido la tranquilidad y quietud a esas horas de la mañana y la ideal temperatura de la zona que aún no había alzcanzado el Sol.
Nos despedimos del buen hombre y encaramos la imponente subida del Coll de Biniamar, personalmente pensaba que la atacaría sin muchos problemas sin embargo al final ha sido todo lo contrario, por toda la pista hay una mezcla de tierra y piedrecitas que restan tracción a la rueda trasera aunque a pesar de todo a los 15-20 minutos ya llegamos arriba, desde donde se ve la espectacular ganancia de altura en tan poca distancia. Aprovechamos para desviarnos por el camino de la izquierda en busca de la pequeña ruta que lleva a la Torre de Na Seca, la pista se acaba pronto asi que tenemos que dejar las bicis y empezamos a subir por una pseudo-camino perfectamente señalado que en media hora nos lleva a la Torre, desde ahi contemplamos el camino que ya llevamos rodado y por la otra vertiente nos dejamos impresionar por la belleza del mar tranquilo, lleno de blancos veleros que se dirigen hacia Cala Tuent: una vista de espectacular belleza, nos tomamos las fotos de rigor y sin pausas iniciamos el descenso que hablando como cotorras se no ha hecho muy corto.
Tras tomarnos un bocata, decidimos iniciar la senda de "Sa Costera" es un camino levemente técnico, personalmente sólo he sido capaz de rodar un 30% del camino pero ha sido por falta de coj...es porque seguramente podría haber hecho más del 60%, ya lo intentaré en otra ocasión; por otro lado Agustín ha disfrutado y prácticamente ha rodado por toda la ruta que a ambos se nos ha hecho bastante corta a pesar de mis paraditas y de las paradas para contemplar el paisaje.

"Sa Costera" se acaba y previo un tramo técnico llegamos al cómodo camino de pista (como los que me gustan) que nos lleva a Cala Tuent y como alma que lleva al Diablo, corremos hacia el mar para pegarnos un chapuzón que pa qué, en la preciosa y fresca agua azul de la cala, casi que nos tiramos con las bicis, mochila, casco y calcetines puestos: UNA PASADA. Otro bañito más y dejamos la cala para encarar la TERRIBLE, TERRORÍFICA e IMPONENTE subida por carretera hasta el cruce con la carretera que lleva a Soller.

Arrancamos bien los dos pero tras escasas curvas desde que superamos el cruce de Cala Tuent, coloco el plato pequeño y Agustín empieza a subir sacándome ventaja hasta que lo pierdo de vista: me llevo la segunda sorpresa del día, mucha gente me habia hablado de la "trampa" que supone esta carretera de "Sa Calobra" y yo pensando que tampoco es para tanto, estaba muy equivocado, si es para tanto, subo tocado de ala y bebiendo mucho, me empiezo a agobiar y miro hacia arriba para ver lo que me queda y ¡sólo veo curvas por todas partes! hacia la derecha, hacia la izquierda brrrrr! asi que decido tranquilizarme, me pongo un pañuelito en la cabeza para evitar una insolación, raciono el poco agua que me queda y al final llego al Coll dels Reis donde Agustín hacía un buen rato que me estaba esperando, llego justito, justito pero llego, descanso unos 10 minutos y nos tiramos hacia abajo a lo largo de los 3 kilómetros que nos separan del bendito "chiringuito" del cruce con la carretera de Soller, nos abastecemos de líquido y antes de enfriarnos mucho le damos otra vez a los pedales, con respeto a los 5 km de subida que aún nos quedan, pero sin miedo.

Al llegar al último túnel nos tiramos hacia abajo a tumba abierta y Agustín se me escapa de la vista, va a toda pastilla por delante de dos coches y dos autobuses que tienen que esperar una recta de leve subida para poder pasarle de lo rápido que va, es todo un espectáculo ver como inicia el descenso. Al llegar al mirador nos tomamos el último refigerio en el bar y regresamos a casa donde llegamos a las 15.30h con ganas de una buena ducha y una buena siesta.

Fotos: