El éxito del fracaso.

La fuerte ilusión que nos embargaba el viernes por la tarde, pocas horas antes de iniciar nuestra particular odisea, nos impedía percibir la imposibilidad de culminar con éxito nuestra travesía de Pollensa a Andratx en una sola etapa. Ya tuvimos que solventar pequeños y espontáneos contratiempos de última hora que no fueron muy importantes pero que abrieron la caja de pandora de los "handicaps" que deberíamos ir superando a base de voluntad.
Una vez teníamos nuestras burras listas y tras un pequeña merendola en un Bar de Pollensa (con gol incluido del España-Chile) arrancamos con el estómago y las mochilas llenas y con el corazón excitado hacia el "Cami Vell de Pollensa a Lluch" el cual subimos a buen ritmo debido en parte a que la oscuridad de la noche te impedía ver la pendiente que estabas subiendo. Al llegar a "Binifaldó" tomamos la opción de ir por la trialera que nos llevaría al "Coll de Sa Bataia", la cuál conocía y temía su encuentro, no obstante a pesar que ir un 70 por ciento a pie, rodé con bastante fulidez por los restantes tramos.
En el "Coll de Sa Bataia" nos paramos a tomar un aquarius en la máquina de la gasolinera y reanudamos rápidamente nuestra marcha en busca del "Camí Vell de Lluch a Caimari", que salvo la obligada parada en el "Salt de la Bella Dona" donde oimos un fuerte desprendimiento de rocas que no dejamos nos amedrentase, rodamos de un tirón bastante rápidos a pesar de ser de noche y fue ahí donde pensé que el foco de luz de la bici hacía que te concentraras mejor en lo que tenías delante a parte que se observa mucho mejor el relieve de las piedras altas, lo cuál ayuda a que traces mucho mejor.
Agustín como siempre bajó a toda pastilla disfrutando a tope, observando al llegar a Caimari que había pinchado en la rueda trasera y señores si en una salida normal da pereza el reparar un pinchazo, no os imaginaís el palo que supone tener que hacerlo a las 00.00horas de la noche a 3/4 partes de finalizar un recorrido de unos 120 kilómetros. Una vez arreglado el pinchazo nos tocaba carretera, un servidor se la come bastante bien, pero a mi compañero Agustín se le empacha bastante rápido el asfalto y más si escaseábamos de agua, que esperábamos repostar ansiosos en la rica fuente de Mancor del Vall, la cuál encontramos seca (la primera vez para mi) y a esas horas de la madrugada (las 02.00h aprox.) no nos quedó más remedio que buscar el líquido elemento en una Discoteca del pueblo ante la asombrada mirada (como era de esperar) de los jóvenes que disfrutaban de una divertida marcha de viernes por la noche.

Tras solventar el segundo contratiempo, arrancamos hacia Alaró a través de un camino-trialera que nos puso a prueba y que gracias a los buenos focos de luz pudimos atravesar disfrutando mucho y sin poner pie en el suelo, todo ante mi sorpresa pues esperaba sufrir bastante en ese tramo. Llegamos otra vez a la carretera y una vez en Alaró más de lo mismo, buscamos y encontramos el único bar y la única pastelería que se hallaban abiertos a las 05.00h de la madrugada en todo el pueblo, donde nos tomamos un caliente café con leche y una rica ensaimada debidamente azucarada por la parte de abajo (donde está la manteca) amén de asesorarnos a través de un lugareño de cuál era el mejor camino para ir hacia Orient, resultó ser el "Cami de ses Artigues": ¡BRUTAL! ¡Pedazo cacho pendiente! recordaba la subida hacia Maristela pero mucho más largo y encima al inicio nos equivocamos de camino y perdimos algo de energía que ya empezaba a escasear para luego tener que desandar el camino y remontarlo otra vez por el correcto, todo ello traicionados por la falta de sueño que empezaba a notarse en nuestros organismos.

Cuando llegamos a Orient, a eso de las 9.00h de la mañana, nos dábamos cuenta que ibamos algo lentos, aunque no imaginábamos que tal retraso se iría acumulando al extraviar por dos veces el camino hacia "Es Salt des Freu" con la consiguiente pérdida de energía que escaseaba a esas alturas del día. En el "Salt des Freu" hicimos una breve paradita para descansar, contemplar el hermoso paraje y repostar de la rica agua que transportaba el torrente (menos mal que no estaba seco). Al salir de ahí, tuvimos que decidir si alcanzar el alto del "Coll de Soller" por carretera o por camino, previa consulta del GPS observamos que el camino subía mucho para bajar luego y como nos habíamos extraviado unas cuantas veces ya y andábamos aburridos de tanta dura y calurosa subida, apostamos por la carretera que si bien a esas horas era dura aplicamos el refrán de "Vale más malo conocido que bueno por conocer".

efectivamente llegamos a "Can Topa" razonablemente bien y ahí la fortuna hizo que nos encontráramos con Jaume Kapax, quién nos había ya facilitado el track que nos guió en los momentos cruciales y nos indicó el acceso hacia la pista de las "Cases del Rei Sanxo" que conducen arriba del "Pla de la Serp" (en el Teix). Fue una alegría verle aunque no pudimos estar todo el tiempo que quisimos con él ya que era tardísimo y nos quedaba una fuerte subida por un camino que no conocíamos y con el Sol a plena potencia a eso de las 14.00h, asi que nos despedimos de él agradeciéndole sus indicaciones que seguimos al pie de la letra pero que a pesar de ello no pudimos evitar perder otra vez el camino asi como acumular aún más retraso y cansancio.

Al final dimos con la pista principal muy muy dura, duríííísimaaaaa, pero ese es el punto donde uno saca fuerzas no se sabe bien de donde y tira para arriba, llegamos cerca de las 16h a la fuente del "Pla de la Serp" totalmente seca aunque eso ya nos lo esperábamos y por si fuera poco tuvimos que franquear una valla metálica electrificada para evitar el paso de las "reses bravas" del lugar aunque no pudo con un par de "Bous Bufats" que a pesar de estar agotados aún no habían perdido el ingenio necesario para saltar dicho obstáculo.

El rodar por el "Pla de la Serp" me satisfizo bastante a pesar de tener la garganta seca, las gafas empañadas de sudor y los reflejos por debajo del mínimo aceptable, rápidamente alcanzamos el "Camí des Cairats" y bajamos hasta Valldemosa (Agustín otra vez a tumba abierta en compensación del Calvario sufrido para llegar hasta ese punto) donde decidimos abandonar debido a la hora que era ya, al calor reinante, al cansancio acumulado y a casi la mitad del recorrido que aún nos quedaba por delante.
Tomamos buena cuenta de un gran bocata con un helado de postre y unas cuantas bebidas energéticas y tras analizar la jornada y observar que salvo la renuncia a la culminación de nuestra "Travessa en un día" el resto había transcurrido muy bien, nos divertimos mucho, hicimos una espectacular Nocturna de nueve horas con subidas, trialeras y carretera y todo sin ningún tipo de accidente, catalogamos esta salida como todo un éxito dentro del fracaso y desde luego que ya volvermos en otra ocasión a intentarlo teniendo en cuenta la experiencia acumulada. Me encantó compartir esta aventura con Agustín: "Un fiel compañero de ruta con el que te sientes respaldado todo el rato."

Fotos: