Bous Banyats

Como bien dice Juan Fran, el movimiento se demuestra andando y esa es precisamente la forma en la que hemos demostrado que no sólo formamos un buen grupo ciclista, si no también un buen grupo excursionista. Y eso que a las 8.00h horas de la mañana, a medida que llegábamos al "meeting-point" donde puntualmente nos esperaba el autocar que nos llevaría a "Escorca", íbamos observando en nuestras caritas una clara expresión de incertidumbre al divisar a lo lejos las negras y amenazantes nubes que esperaban nuestra llegada al Torrente. Quizás por ese motivo mientras ibamos por al autovía hacia Inca, Sito dejándose llevar por su gran sentido de la prudencia y de la responsabilidad, no ha ido advirtiendo a través del micro del autobús acerca de los peligros al ir por un torrente con el piso mojado aconsejándonos el no bajar la guardia en ningún momento para no tener que lamentar torceduras de tobillos ni similares percances.
	Alrededor de las 9.00h hemos llegado a "Escorca" donde el guarda de la zona nos aconsejaba regresar sobre nuestros pasos, como así había parecido convencer a otros 80 excursionistas que venían también en dos atobuses, no obstante nuestro menor grupo formado por 27 componentes (aunque eso sí venían niños con nosotros, pero también gente suficientemente experta en el descenso de torrentes) ha decidido como mínimo bajar hasta el "Entreforc" y dependiendo del panorama decidir una vez ahí si continuábamos o si regresábamos.
La decisión fue la correcta porque si bien el descenso hacia el "Entreforc" era ligeramente delicado por lo mucho que patinaban las rocas del suelo, una vez en el Torrente nos hemos dado cuenta que las rocas estaban totalmente secas, se ve que las altas paredes del Torrente de Pareis nos ha protegido perféctamente de la ligera lluvia que estaba cayendo, aunque nada más empezar ya nos hemos encontrado con un leve aunque aparatoso accidente sufrido por una de los componentes de otro grupo excursionista llamado "Stol-Santueri" que iba justo por delante de nosotros, a quién hemos podido ayudar gracias a que llevábamos con nosotros un botiquín que ha resultado de los más oportuno en ese momento y que nos ha hecho recordar los sabios consejos de Sito expuestos antes en el trayecto de ida.

	Ya de lleno en el cauce del Torrente te das cuenta de que por mucho que hayas realizado previamente esta excursión nunca dejas de asombrarte por las altas paredes que encarrilan el camino hasta "Sa Calobra" y no puedes evitar pensar en los miles de años que han hecho falta para que el agua arañe tan tremendo hachazo en la "Sierra de Tramontana", por cuyo camino hemos coincidido con un grupo de simpáticos alemanes cuyo guía recorre este itinerario unas 35 veces al año y nos ha informado que más adelante nos encontraríamos con unos dos o tres "Gorgs" (Pozas de agua) en los que tendríamos que hacer un pequeño "Strep-tease" si queríamos seguir avanzando.

Si no era suficientemente entretenido el desgrimpe por los tremendos "Terrones de azucar" a que recuerdan las grandes rocas esparcidas por el lecho del Torrente, debemos añadir el interesante espectáculo con el que Xisco y Gori nos han obsequiado con su descenso usando la técnica del "rappel" por uno de los lados del Torrente como perfectamente demuestra el pequeño "Video Clip" filmado por nosotros mismos.
Y, para más entretenimiento y como picante nota a una perfecta salida excursionista que no auguraba un buen comienzo, nos hemos encontrado con los "Gorgs" que antes nos había advertido el Guia alemán, los cuales no nos ha quedado más remedio que cruzar a pie, en bañador y con la mochila sobre nuestras cabezas, como si de filmar una película de Tarzán se tratara como asi nos lo recordaba nuestro gracioso compañero Enric mientras íbamos cruzando en fila india a través de la fresca agua teñida por el barro.

Al final, tras unas seis horas a pie, saltando, nadando y desgrimpando, todo ello perfectamente ejecutado en equipo, hemos llegado a nuestra meta, la preciosa cala de "Sa Calobra" ubicada en la desembocadura del Torrente donde nos hemos encontrando la mar muy picada, motivo por el que no hemos podido acabar nuestro periplo con un refrescante bañito, aunque en contrapartida tampoco hemos tenido que padecer el molesto picor que la sal marina deja en la piel, asi que hemos matado el tiempo que nos sobraba antes de que llegara el autobús a nuestro encuentro, comiendo los últimos víveres, bebiendo agua y descansando mientras alguno de nosotros aprovechaba para absorber los rayos de un Sol que en esos momentos decidía salir de entre las nubes donde ha permanecido escondido todo el rato que descendíamos por el Torrente, regalándonos una temperatura ambiente perfecta para la ocasión.

De regreso al autobús y después de un oportuno café en un bar de "Sa Calobra", algunos de nosotros hemos aporvechado para pegarnos una reconfortante y reponedora siesta mientras el resto reía entre bromas y chistes, cuyo buen humor denotaba el éxito de esta excursión que bien seguro repetiremos el año que viene y cuyo éxito no hubiera sido tal sin la ayuda desinteresadamente prestada por la mayoría de varones del grupo al echar una mano a los niños y mujeres del grupo, entre los que quiero destacar a Xisco y Gori antes mencionados y también a Tomeu, Sito, Joan, Xus, Desi, Enric a nuestro amigo alemán y en definitiva a todos y cada uno de nosotros que con su particular granito de arena han contribuido a culminar esta experiencia en una divertida y responsable salida que esperamos sienta precedente dentro de nuestro grupo.

Fotos:

Video Clip.