lunes, 3 de octubre de 2016

Cerdanya primera etapa. Aguaaaa



El refrán reza que quien juega con fuego, al final se quema. Pues en nuestro caso, si juegas con agua, terminas mojándote.
Ya nos informó Adam en el briefing, que el primer tramo de la primera etapa discurria por un camino que suele estar anegado habitualmente, pero sin mayor complicación que mojarse un "poquito".


Salimos de Puigcerda. y a los 10 minutos ya estamos en el famoso camino, y...que si cuidado que ensucio la bici, que si es de alquiler, y da igual, que si allá voy, y con la broma, nos mojamos un poco, pero sin pensar que esto solamente era el principio.



Seguimos ruta, cruzando la frontera, entrando en territorio francés, hasta llegara a Osséja, despues de bajar por un camino dentro del bosque precioso.





En este pueblo aprovechamos para comer y beber algo antes de seguir ruta.


La previsión del tiempo era de tormentas a mediodía, y de momento lucia un sol espectacular.
Al salir de Osseja, se empieza a oír algún que otro trueno.
Entramos en otro bosquecillo, y bordeando un torrente "seco", hasta llegar a una explanada donde hace acto de presencia el primer aviso de lluvia, que dura el tiempo justo de ponerse el chubasquero.


Repostamos agua en Llo, y empieza otra vez la lluvia que de cada vez es mas fuerte, y en Eyne, después de una pequeña tregua, empieza la traca final.
Granizo y tormenta eléctrica, que nos deja mas mojados que Bob esponja, obligándonos a refugiarnos en un edificio en construcción.
Es momento de tomar una decisión, y rápido, ya que la temperatura ha bajado de manera drástica y nos estamos quedando helados.
Roman y Miguel quieren seguir, pero el resto no lo vemos nada claro, asi que llamamos a Adam, que nos indica una alternativa de bajada.
Así lo hacemos la mayoría, bajando por un sendero que se convierte en riachuelo, haciéndonos disfrutar de la bajada, y quitándonos un poco el mal sabor de boca de la experiencia anterior.
Salimos a la carretera y con las indicaciones de Adam, llegamos a Mont-Louis, donde nos alojamos.
El hotel, un poco cutre, pero entre la hipotermia y el cansancio, cualquier cosa es buena.
Esperamos al resto de compañeros que llegan mas tarde, habiendo disfrutado de una bajada espectacular.
Ducha caliente, cervezas frías y una cena para reponer fuerzas para empezar la ruta del siguiente día.








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